"Dormí sin frazada", la tradicional frase se plasma en un blog de sano esparcimiento donde poder reflejar las preocupaciones y despreocupaciones de la vida cotidiana. Dos proyectos de periodistas con la idea puesta en el progreso.

martes, 5 de octubre de 2010

Ley de Drogas con touch de filosofía

La presentación del proyecto de una nueva ley de drogas por parte de las diputadas Victoria Donda y Cecilia Merchán (Libres del Sur)  fogonea el debate por la despenalización del consumo de marihuana reavivado recientemente a partir del fallo Arriola, en el que la Corte Suprema se pronunció a favor de los usuarios. Este texto intenta dar una mirada diferente de la situación.
Karl Marx en su conocida frase “la religión es el opio de los pueblos” se refiere a la fe como un factor que disminuye el dolor para ocultar la enfermedad (perfecto es el ejemplo de su funcionamiento que da J.P. Feinmann en el que cuenta que Jacques Derrida, al enterarse de la cercanía de su muerte, pidió opio para agonizar sin darse cuenta). Así trata de explicar que una clase mayoritaria es sometida por otra minoritaria y eso le produce un dolor que es incapaz de percibir por culpa (o gracias, según la conciencia de clase de cada uno) de la religión. Esta inventa un mundo post-mortem libre de dolor alguno en el que todo es perfecto; pero, en contraposición, Marx plantea que el proletariado (la clase dominada) debe liberarse de esa idea para hacer la revolución y de la injusticia del sistema.
Esta introducción me sirve, si me lo permiten, para tratar de ver y analizar cómo funciona la ley de drogas promulgada hace casi 20 años. Mi cuestionable analogía se construye a partir de la siguiente enunciación: “la actual ley de drogas es el opio de la justicia”. A buenas y primeras, parece un disparate, pero he aquí su explicación.
Según mi entender, la función de las leyes es prevenir los conflictos y si es posible, erradicarlos. Supongamos que el consumo de marihuana es perjudicial para la sociedad ya que esa es la base desde la que se parte (además de ser  motivo de otra discusión), ¿Cuál es la razón por la que el consumo no disminuye sino que aumenta? Hasta ahora, la persecución de los consumidores pareciera no haber cambiado nada. Según estadísticas del Poder Judicial recopiladas durante los últimos 10 años, el 70% de las causas es contra consumidores, el 25% por tenencia y apenas el 5% por comercialización. . Entonces, penalizar a los consumidores no ha servido de nada y no solo eso sino que además dio la sensación de que atacaba a la delincuencia mientras mantenía intacto el sistema delictivo de comercialización y tráfico. Asimismo impidió a la justicia percibir la solución del verdadero problema, que es el narcotráfico, persiguiendo a quienes no son la causa sino la consecuencia. Es decir que "aspiró" a combatir un delito, satisfaciendo la necesidad de una ley, pero cegó la visión del meollo de la cuestión.
Decir que la nueva ley de drogas es un principio de "pseudorevolución" porque  nos lleva a la percepción del problema, ¿es irse al carajo? Sí. Pero estaría buenísimo que algún día se metan con el narcotráfico, que es una de las peores corporaciones delictivas, y dejen de parar pibes por portación de cara en la calle, ¿no? Espero que sea tratada y debatida sin prejuicios
Lau

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